Una marca debe de ser capaz de perdurar a lo largo del tiempo sin perder su esencia. Debe de ser reconocible y recordada espontáneamente por el consumidor en todas sus aplicaciones de comunicación se emitan a través del tiempo.
Es por ello que cuándo se diseña una nueva marca, se debe de tener en cuenta las aplicaciones posibles donde se mostrará la marca y para por esto el creativo o a la agencia que realice el trabajo debe incluir un manual de normas con un contenido que explique como mínimo la composición y sentido conceptual de la misma así como sus aplicaciones mas básicas.
Este manual de normas dará valor real a nuestra marca en el momento de implantarla en cualquier soporte de comunicación como es debido. El diseñador debe crear una normativa que preserve su integridad visual en su reproducción para no desvirtuarla.
Con desvirtuar la marca quiero referirme a prácticas tales como la deformación del logotipo, el cambio en los colores, malas reproducciones por adaptar mal el logotipo al medio utilizado, reducciones o ampliaciones excesivas, pérdida de las proporciones entre los elementos que lo componen y múltiples ataques más contra el buen gusto que no derivan más que en una pérdida de identidad que puede llevar a que nuestra marca sea distinta en cada aplicación y difícilmente reconocible.
La normativa debe incluir en sus páginas, a fin de evitar todos estos atentados contra la marca, al menos un esquema de construcción del logotipo dónde se expliquen las proporciones a seguir, el espacio de respeto, la tipografía o tipografías a utilizar tanto en el logo como en las aplicaciones de la imagen, los colores detallados (se recomienda recurrir siempre a los colores pantone), una guía exhaustiva que trate todas las variantes posibles en el momento de reproducir el logotipo como pueden ser la reductibilidad, el logotipo en negativo, el logotipo sobre diferentes colores, sobre diferentes tipos de imágenes, si posee o no versiones válidas con otros colores, elementos de apoyo y opcionalmente algunas aplicaciones de ejemplo con la marca aplicada como podrían ser tarjetas, papel de carta, sobres, gráfica aplicada al parque móvil, y todos los ejemplos que se necesiten.
El manual de normas debe ser algo accesible a todos los colaboradores de la empresa, internos y externos. Incluso algo a publicar en la web. No se trata de ningún secreto ni misterio que debamos esconder (aunque mucha gente lo hace, ocultan información a quién ha de trabajar con su logo). Cualquiera que necesite utilizar la imagen debería recibirlo, incluso sin necesidad de pedirlo.
Cada vez es más habitual entregar el manual en formato digital, y realmente no es una mala opción, ya que es más fácil de compartir con las personas que deban utilizarlo y además, la mayoría de proyectos van a necesitarlo en pantalla más que en papel. Hace poco descubrí por twitter ésta útil aplicación que nos permite enlazar nuestro manual de normas a la web que deseemos de forma muy sencilla.